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LA PIEL Y SU MANTO HIDROLIPIDICO
La piel es el tejido orgánico que recubre la totalidad del cuerpo humano, constituyendo así la superficie corporal. Desde el punto de vista histológico está formada por tres partes. La primera, externa, delgada y muy celular denominada epidermis. La segunda, subyacente a la anterior, es una capa mucho más gruesa y fibrosa en donde se hallan incluidas la totalidad de las glándulas, folículos, vasos y nervios, que se conoce como dermis. La tercera y más profunda está constituida por un tejido conectivo laxo y nos conecta con las formaciones anatómicas subyacentes, es la hipodermis.
La piel, tal y como la hemos definido, no es una simple capa externa que recubre la superficie corporal. Este conjunto de células y estructuras nos confieren una adecuada capa protectora frente al medio ambiente.
No se trata tampoco de una capa estática de recubrimiento, sino por el contrario de un sistema dinámico, bien organizado y en constante renovación, donde las células de las diferentes estructuras se dividen, migran, se diferencian, segregan sustancias y mueren.
La función primordial de la piel es la adaptación y la conexión del individuo con el medio ambiente. Gracias a ella tenemos información del estado de este medio externo y protección frente a toda una serie de agresiones tanto físicas y químicas como biológicas.
FUNCION BARRERA
Frente a la entrada y salida de sustancias.
Frente a las agresiones mecánicas, términas, eléctricas y de radiaciones.
Frente a la entrada de microorganismos.
OTRAS FUNCIONES
Estética.
Social.
Sexual.
Sensorial.
Secretoria.
Termorregulación.
MANTO HIDROLIPIDICO
Recordemos, aquí, una vez más que la piel está recubierta por el manto hidrolipídico o manto ácido que aisla el medio ambiente al mismo tiempo que potencia su función barrera. Por encima de ella encontramos una ténue capa gaseosa conocida como microclima o «Private Climate» va a tener una temperatura algo más elevada y más constante debido a la irradiación de calor a partir de la superficie de la piel. Al mismo tiempo habrá un aumento en la concetración de CO2 procedente del metabolismo celular y un aumento del vapor de agua procedente de la evaporación del sudor y de la perspiración insensible. Esta última no es nada despreciable ya que se ha calculado que puede alcanzar los 400 y 500 cc/24 horas.
La función de este microclima es la de preservar el manto hidrolipídico frente a la actuación de agentes externos procurando mantener constantes la temperatura y el equilibrio hídrico. Se trata sin embargo de una capa efímera y su importancia queda en entredicho para muchos autores.
MANTO ACIDO HIDROLIPIDICO
El manto ácido hidrolipídico propiamente dicho recubre la capa córnea y se relaciona íntimamente con ella ayudándola en su función barrera y protegiéndola frente a las agresiones exteriores. Esta emulsión natural considerada como el primer cosmético de la piel tiene una gran importancia en la correcta hidratación cutánea impidiendo por una parte pérdidas excesivas de agua y contribuyendo por otra activamente, a la hidratación. O sea, actúa mediante dos mecanismos (como ya se verá más adelante), uno pasivo de oclusión y otro activo de captación y fijación de las moléculas de agua.
PROCEDENCIA
El manto hidrolipídico procede por una parte de la secreción sebácea que se entremezcla con la secreción sudoral y con restos celulares epiteliales procedentes de la descamación celular. En este manto hidrolipídico se pueden encontrar también partículas procedentes del exterior, ya sea, de polución, ya sea, restos de cosméticos aplicados sobre la piel. Todo ello formará una emulsión en general tipo aceite en agua, 0/W. Es evidente que cualquier alteración a nivel de las glándulas sebáceas o sudoríparas va a alterar el equilibrio de esta emulsión y por lo tanto se van a alterar las funciones del manto hidrolipídico.
Vemos pues, que el manto consta de dos fracciones principales:
— La fracción lipídica que procede a la vez de la secreción sebácea y de los lípidos epiteliales con componentes procedentes de la sustancia cementante y de las membranas epiteliales.
— La fracción hídrica ácida, pH 5,2 - 5,7, procedentes de la secreción sudoral ecrina y de la perspireción insensible que va a hallarse englobada por la fracción lipídica impidiendo así su fácil eliminación. Esta fracción hídrica va a contener sustancias higroscópicas encargadas de hidratar el estrato córneo y de mantener esta hidratación conocida como N.M.F. o Natual Moisturizing Factor o Factor Hidratante Natural.
Finalmente, recordemos brevemente que la función del manto hidrolipídico no es únicamente la de hidratar la piel sino que tiene también otras funciones como la de ser antifúngico y bacteriostático impidiendo así la penetración de ciertos gérmenes. Ello es debido principalmente a su pH ácido entre 5,2 y 5,7. O bien la de ser una barrera frente a la penetración de las radiaciones ultravioletas retrasando así el envejecimiento de origen actínico.
ALTERACION DE LA FUNCION BARRERA
Tal- como acabamos de ver la función barrera está protagonizada principalmente por el estrato córneo y por su capa protectora envolvente, el manto hidrolipídico. La integridad de todas estas estructuras, su perfecto equilibrio darán lugar a una correcta hidratación cutánea impidiendo una excesiva evaporación de agua y fijando las moléculas de agua en el interior de sus estructuras.
Cualquier alteración externa o interna incidirá directamente sobre las propiedades de la función barrera, alterándola, favoreciendo así las pérdidas de agua, lo que dará lugar a una xerosis o sequedad cutánea. Igualmente, la alteración de la función barrera favorece la penetración en la epidermis de gérmenes, alergenos, productos irritantes,...
AGENTES EXTERNOS
Estos agentes externos suelen dividirse en dos grandes grupos:
— Los agentes físicos y los agentes químicos.
Agentes físicos:
Los cambios climatológicos como el viento, el frío, los ambientes secos (clima seco, calefacción, aire acondicionado) y las radiaciones ultravioleta.
El clima seco, principalmente cuando es intenso y persistente actúa directamente provocando pérdidas de agua que alteran la fase acuosa del manto, empobreciendo el entorno acuoso de las sustancias higroscópicas y eliminando las láminas acuosas que estructuran la sustancia cementante.
El frío intenso afectará la actividad enzimática que conileva a la formación de los N.M.F. obteniéndose metabolitos distintos o alterándolos. Por otra parte, en ambientes fríos, disminuye la secreción sudoral cerina. Todo ello va a alterar la emulsión hidrolipídica.
Las radiaciones ultravioletas son también agresoras del estrato córneo dañando las estructuras protéicas. Además, la inflamación provocada por el eritema solar alterará la epidermis y favorecerá la deshidratación cutánea.
Agentes químicos
El uso continuado de detergentes y solventes orgánicos va a provocar un arrastre y eliminación de los lípidos de superficie lo que conllevará una pérdida de la fase lipídica del manto hidrolipídico. Al encontrarse las láminas acuosas desprotegidas, van a perder las moléculas de agua con suma facilidad. Si el uso de este tipo de detergentes es prolongado, se pueden llegar a eliminar los lípidos cementantes ocasionando xerosis y descamación cutánea.
El empleo de productos que alteren el pH ácido del manto hidrolipídico, llegando incluso a agotar su capacidad tampón, va a provocar alteraciones en las estructuras protéicas de la capa córnea. Esto lleva también a un aumento de las pérdidas de agua.
AGENTES INTERNOS
— Estados graves de deshidratación y desnutrición.
— Disfunción sebácea.
— Disfunción sudoral.
— Disfunción de la queratinización.
La falta de un aporte correcto tanto de agua como de oligoelementos, proteinas, lípidos y vitaminas que se ven en casos de malnutrición, alteran el estado de la piel provocando entre otros procesos una xerosis cutánea.
Disfunción sebácea
Cuando existe una disminución de la secreción sebácea ya sea por envejecimiento, ya sea constitucional, la emulsión hidrolipídica del manto estará muy disminuida o ausente favoreciendo pues las pérdidas de agua.
Si la secreción sebácea es excesiva, la emulsión que normalmente es de aciete en agua pasa a ser de agua en aceite ofreciendo un tacto untuoso, grasiento y desagradable.
Disfunción sudoral
Lo mismo podemos decir prácticamente sobre las alteraciones de la función sudoral. Si la secreción sudoral se halla disminuida o está ausente se alterará la fase acuosa del manto hidrolipídico.
Disfunción de la queratinización
Cualquier alteración producirá cambios en la estructuración laminar de las bicapas y en la sustancia cementante lo que dará lugar a una xerosis cutánea.
MECANISMOS DE HIDRATACIO
El estado correcto de hidratación cutánea va a estar directamente relacionado con la dinámica del paso de moléculas de agua através de todas las estructuras que conforman la barrera epidérmica y por lo tanto con la conservación principalmente de las estructuras que conforman la capa córnea y el manto hidrolipídico.
El agua que va a llegar al estrato córneo procede sólo de dos vías:
1) La primera vía o vía principal es la que procede del gradiente de concentraciones que se establece desde las capas profundas de la dermis. En condiciones normales la dermis contiene hasta un 70% de agua, mientras la capa córnea varía entre un 13% en el individuo joven y un 7% en la senectud.
2) La segunda vía es mucho menos importante y proviene del medio ambiente. Pero sólo se capta agua del exterior cuando la humedad relativa ambiental es superior al 86%, si no se pierde agua provocando xerosis cutánea.
De ello se desprende que si queremos actuar sobre la hidratación cutánea se tiene que aprovechar la vía principal, o sea el agua procedente de la dermis procurando mantenerla durante un período más prolongado de tiempo a nivel del estrato córneo estabilizando así las pérdidas transepidérmicas.
Por ello podemos emplear un mecanismo de hidratación activa que consiste en la adición de sustancias parecidas en composición y actuación a los N.M.F. que favorecerán directamente la captación de agua.
O bien, un mecanismo de hidratación pasiva o humefacción que actúa principalmente por un mecanismo oclusivo de manera a formar una barrera que va a impedir la evaporación del agua manteniendo así una buena hidratación. Es importante que el poder ocluyente no sea excesivo pues provocaría una serie de efectos indeseados, entre ellos la comedogénesis.
LA FLORA CUTÁNEA
La superficie cutánea del recíen nacido es totalmente estéril en el momento de nacer. Sin embargo, en las primeras horas de la vida, colonizarán en su piel microorganismos no patógenos procedentes del medio ambiente que se integrarán en la superficie cutánea. Estas colonias bacterianas están sujetas a muchas oscilaciones, dependiendo de la edad, localización anatómica, cambios ambientales externos, estado nutritivo, etc.
Estas colonias bacterianas se ubican en las capas más superficiales del estrato córneo, donde las células descamadas, el sudor y el sebo forman un medio de cultivo en el que se pueden desarrollar. Se observa un gran aumento, en el número de colonias, en las depresiones formadas por los infundidos pilosos. Las bacterias anaerobias se descubren preferentemente en las glándulas sebáceas. Por el contrario, las glándulas sudoríparas y sus conductos se hallan totalmente libres de gérmenes.
Se clasifica la flora cutánea en dos tipos: la flora cutánea residente, saprofita o habitual y la flora cutánea transitoria que puede ser patógena o no patógena.
Definiendo a la flora cutánea residente la formada por microorganismos capaces de multiplicarse y sobrevivir sobre la superficie cutánea, y la flora cutánea transitoria, la formada por los microorganismos procedentes de los orificios naturales del cuerpo así como del medio ambiente.
Funciones de la flora cutánea
La función princeps de la flora cutánea habitual es la de aumentar el potencial defensivo de la piel mediante el mecanismo del antagonismo bacteriano. Las bacterias habitualmente residentes en la piel impiden o dificultan la colonización de otras bacterias extrañas procedentes del exterior. Esto se potencia con el pH idóneo de 5,5. Por lo tanto, reduce a un mínimo las oportunidades de que gérmenes patógenos foráneos penetran y proliferen en la piel.
El olor del sudor es producido por la colonización de bacterias a nivel axilar, ya que el sudor apocrino es estéril e inodoro por sí mismo. Es por ello que la mayoría de desodorantes, contienen antisépticos.
LA HIGIENE CORPORAL
Podemos definir como higiene corporal a la limpieza mediante agua y jabón de la superficie cutánea con la finalidad de eliminar la suciedad de la superficie cutánea y los malos olores. Una buena higiene cutánea no es sinónimo de salud pero sí la favorece.
La finalidad que se persigue mediante una correcta higiene corporal es eliminar el exceso de colonias bacterianas sin afectar la ecología de la superficie ni la integridad del estrato córneo. Durante muchos años se ha preconizado la necesidad de un lavado diario con un enérgico restregamiento mediante jabones de alto poder antisético que eliminaran toda la flora cutánea.
Posteriormente se ha comprobado que estas medidas podrían producir una serie de alteraciones:
1.— Arrastre de los lípidos necesarios de la superficie cutánea, con la consiguiente deshidratación de la piel.
2.— Alteraciones del pH de la pie que pasa a ser más alcalino dando lugar a una epidermis más frágil y permeable.
3.— Alteración de la ecología de la superficie cutánea, disminuyendo las defensas naturales de la piel frente a la invasión de gérmenes o alterando el normal equilibrio, permitiendo la proliferación de gérmenes patógenos.
4.— Producción de pequeñas erosiones y fisuras que alteran la integridad de la capa córnea.
Para evitar todos estos inconvenientes se ha intentado por un lado sintetizar nuevos tipos de jabones con un pH ácido más parecido al de la piel, con un potencial de irritabilidad menor y que no produzcan una deslipidización excesiva, y por otro lado se ha intentado mejorar los hábitos de higiene corporal.
Autor: Federico Ferrer
Farmacéutico
TEMA DEDICADO A LA PIEL Y SU MANTO HIDOLIPIDICO- TEMA DEDICADO A LA PIEL Y SU MANTO HIDOLIPIDICO |